
Hoy ha sido mi primer día de piscina desde hace mucho tiempo. 2000 metritos a estilos muy suave. No está mal para hoy.
Mientras nadaba pensaba lo complicado que va a ser este año organizarme para nadar. El correr es distinto, en cualquier momento del día, desde las 7 hasta las 23, te puedes calzar las zapatillas y escaparte un rato, pero para nadar en Sevilla hay que hacer verdaderos malabarismos. Por la tarde las piscinas están para los cursos, por la noche saturadas, los domingos cerradas, así que solo queda la opción del medio-día o madrugar. Pero claro, cada piscina pública está regida por una empresa privada...por lo tanto hay que atenerse a sus normas, a sus matrículas y a sus tickets de entrada. Para más inri, tu debes seleccionar una franja de dos horas para nadar; fuera de esa franja, agua (nunca mejor dicho). A esto le añadimos que el día que Bruno tenga que ir a la guardería, el presente se queda sin las 2 mediodías libres de las que dispone este año por horario. Esto es un sinvivir... la única opción es hacerme socio de 3 piscinas y repartirme los tickets que te obligan a comprar. ¡Qué difícil nos lo ponen en Sevilla para hacer un deporte que no sea fútbo!. Los de Burgos son unos privilegiados en este sentido.
Al margen de esto se confirma la dimisión del concejal de deportes de Sevilla, de I.U. Este hombre perdió una carpa con la que iban a hacer un polideportivo en una zona marginal de Sevilla, metió a su madre a trabajar en las piscinas, ha sido el artífice de que se pierdan las carreras populares que hacía mi club... Por contra, Sevilla tiene 70 km de carril bici (muy mal trazadas por cierto) y más de 2000 bicis de alquiler.
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